(24-01-13)No uno, sino dos ataques pretendidamente mortales le achaca la  Fiscalía al hombre llamado a ocupar el banquillo de la Audiencia  Provincial el próximo martes. Aunque él fue la única persona que aquella  noche acabó en el hospital, los hechos por los que está procesado  pueden costarle una condena de hasta diez años de cárcel por un delito  que el Ministerio Público califica como un homicidio en grado de  tentativa y uno de resistencia activa a la autoridad. 
  
Su detención se produjo de madrugada, en septiembre de 2007, en el  centro hospitalario adonde había sido trasladado tras el enfrentamiento  con los porteros de un pub de la ciudad que le habían denegado la  entrada. Según se recoge en el escrito de acusación, como represalia, el  hombre –inmigrante ilegal, indica el fiscal– se volvió contra uno de  los vigilantes e intentó clavarle en el cuello una botella rota que  llevaba en la mano. 
  
El trabajador logró esquivar el embate, pero a este siguió un  segundo, con un arma que el acusado llevaba oculta dentro de una bolsa  plástica: un puñal de los que se emplean en pesca submarina. 						 |